Sin cortapisas
javier Monagas Maita
Yo no le hecho la culpa al ciego, más tiene quien le da el garrote. En la cadena de impunidad que se viene arrastrando en Venezuela. Desde que la oligarquía y el imperio sionista yanqui sintieron que perdían el poder político y sus privilegios, se inició una cadena interminable de conspiraciones, para revertir los logros incipientes de la revolución Bolivariana. La cartilla del golpe empezó a aplicarse, cuando ya se preveía el triunfo inevitable del candidato Chávez (es historia conocida), pero algo se salió del libreto lógico como respuesta a esa cartilla por parte de la dirección de la revolución. Es la impunidad, la inacción, para hacer pagar a los criminales golpistas conspiradores las consecuencias de sus actos terroristas. Fue todo lo contrario, cuando ellos estaban más desmoralizados y disminuidos, se les inyectó una dosis muy potente de nuevos bríos.
Se borraron de la memoria del comandante las decenas de muertos en puente Llaguno, los allanamientos ilegales, las golpizas y los encarcelamientos sin proceso legal a los hijos del pueblo que no ocultaron su posición política, dejaron de existir las vejaciones y las ofensas que por los medios de comunicación como globovision, televen, venevision, el nacional, el universal, el nuevo país, tal cual y los medios regionales impresos, algunas radios nacionales y locales, vertían al aire contra el pueblo chavista. Ese olvido, fue una sentencia contra otros miembros del pueblo, pues al darles un perdón precoz a los asesinos, se incitó a que se reiniciaran las conspiraciones golpistas, se quiso demostrar fortaleza y humildad, pero resultó que se recibió por parte de la oposición debilidad y nuevos bríos para seguir intentando el golpe. Los muertos que hubieron con el saboteo petrolero y el lockout empresarial de diciembre y mese subsiguientes, se hubieran evitado si se hubiese asumido una actitud mas severa y justa contra los criminales golpistas y sus amos. Contrariamente, se le siguió enviando petróleo al culpable mayor de toda esa felonía, no se cobró el dineral perdido por parte de PDVSA, los que incendiaron al camionetero taxista de Maracay, y produjeron los nuevos muertos, siguieron gozando de impunidad, muchos se fueron a Colombia, USA, Perú, España, etc. Y poseen en Venezuela sus bienes, incluso algunos de estas basuras, gozan de buenos sueldos por parte del estado venezolano. Es algo irracional e incomprensible.
Unos documentos publicados por el sitio digital Wikileaks, confirma lo que ya se sabia; el nacional de otero, pide y recibe plata yanqui (no es ese solo medio), para conspirar y contribuir a nuevas muertes de venezolanos y a alterar el orden publico; para convertirse en agente interno del enemigo que sigue atacando al gobierno y pueblo impunemente. ¿Por qué no hay una acusación formal en un tribunal adecuado en contra de esos golpistas ya conocidos? ¿por que no se demanda al estado sionista asesino yanqui por las muertes ocasionadas en Venezuela, por su responsabilidad directa, lo cual es comprobable hasta con sus propios documentos desclasificados y por la abrumadora realidad venezolana del 2002, 2003? ¿Por qué no se ha actuado contra la empresa yanqui INTESA, por los daños y perjuicios causados al patrimonio de la nación en el saboteo petrolero? ¿Por qué siguen impunes los medios que contribuyeron a la masacre del 2002, 2003 y reeditando su actuación como si no hubieran roto un plato? Los sátrapas como miguel Henrique Otero y sus secuaces, no deben seguir campantes por la nación, exhibiendo su inmoral impunidad. Impunidad que ofende y daña al pueblo venezolano. Creo con toda firmeza que eso de ofrecer dialogo e impunidad a los que solo quieren sangre, es un gesto de debilidad o al menos así lo interpreta esa homicida oposición, que terminará por causar mas derramamientos de sangre del pueblo. Vean que éllos siguen asesinando campesinos y dirigentes sindicales de manera selectiva, con la intención de debilitar el proceso y retornar al poder ¿se han preguntado seriamente lo que ocurriría en esta nación si esa maldita jauría regresa al poder nuevamente?. ¿Cuantos más de los nuestros deberían caer para actuar en consecuencia? ¿Para que son las leyes? Ahí dejo esa pregunta y, esa reflexión
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